La torre del Hotel Presidente con su casi olvidada elegancia se ubica en la Avenida de los Presidentes, pero no deje que este comentario le desanime. Es éste un encantador oasis cuya proximidad al Malecón le otorga otro punto a su favor si es usted de los que disfrutan las azules y frescas tardes sentado en este muro contemplando el mar más allá de sus olas, con una cerveza bien fría en una mano y un cálido amigo en la otra.El Hotel Presidente por dentro es impresionante, con un amplio vestíbulo enchapado en mármol, lleno de antigüedades y sorprendentes candelabros. Una multitud normalmente lo atraviesa en su ir y venir, tomando un café o un cóctel, reuniéndose o trabajando en pequeñas mesas. Aquí hay un piano de media cola, muebles de estilo Luis XV, cortinas con pliegues muy bien elaborados y un par de búcaros japoneses del siglo XIX de casi un metro de alto colocados sobre pedestales con incrustaciones de nácar. Atención a los padres: este no es un ambiente aconsejable para niños pequeños. Nos estremecemos al pensar en los estragos costosos que podrían causar en el vestíbulo un intranquilo menor de cinco años.